Bolas de jabón amarillas: súper fáciles de hacer y ahorran mucho dinero

El jabón amarillo es un verdadero milagro cuando se trata de tareas domésticas. Económico, ecológico y eficaz, digamos que encarna la regla de las 3 E, por eso está despoblando la web.

Sus propiedades desengrasantes lo hacen perfecto para tratar cualquier superficie, incluso las más delicadas, ya que contiene, además de potasio, aceite de coco, que es nutritivo y emoliente.

Por su naturaleza, entonces, se presta a ser maleable, por lo que, una vez que se ha tomado una pequeña nuez, podemos darle forma de bola y usarla prácticamente en cualquier lugar.

¡Veamos en detalle cómo hacerlo!

Bolas de jabón amarillas: súper fáciles de hacer y ahorran mucho dinero

 

Bolas de jabón amarillas: súper fáciles de hacer y ahorran mucho dinero

Nuestras abuelas usaban jabón amarillo (y jabón de Marsella) para lavarse las manos, pero hoy, con la tecnología que nos ha liberado de esta pesada tarea, podemos servirlo con seguridad en la lavadora. Nuestra ropa será blanca y muy blanca; Bastará con una pelota insertada en la canasta a media carga, dos si está llena. Enciende el aparato y, al final del ciclo, disfruta del resultado.

Pero la cosa no acaba ahí. Si se frota sobre rayas o manchas, incluso las más rebeldes, actúa como agente de pretratamiento y desengrasa perfectamente. Mezcla una bola de jabón amarillo con una cucharadita de bicarbonato de sodio y frota la mezcla en la zona afectada. Lava tu prenda como de costumbre y te sorprenderás.

Sin embargo, si es la lavadora la que está incrustada, sepa que con este remedio la hará nueva. Disuelve una bola en medio litro de agua, agrega un vaso de bicarbonato de sodio y vierte todo en la canasta, luego comienza un ciclo vacío. Disuelve la suciedad y la cal, liberándola de cualquier residuo.

Para desinfectar juntas, ojos de buey y cestas, recrea la misma solución, luego viértela en un vaporizador limpio y rocíala donde sea necesario. Límpialo con un paño o una esponja y ¡listo!

Pasemos ahora a la limpieza propiamente dicha, ¡la preocupación de cada uno de nosotros! Dile adiós a todos esos productos caros y contaminantes y equípate solo con una barra de jabón amarillo. Use solo una bola, colóquela en el centro de una esponja suave y frote las áreas opacas y manchadas del acero para que quede como nueva.

Con el mismo procedimiento, también disolverás las manchas de cal, pero para las más rebeldes o difíciles de alcanzar, todo lo que tienes que hacer es crear esta mezcla:

  • 500 ml de agua,
  • jugo de 1 limón,
  • 1 cucharada de bicarbonato de sodio,
  • 1 cucharada de jabón amarillo.

Mezcle todo en un tazón, luego vierta en una botella rociadora y rocíe donde sea necesario. Enjuagar. ¡Todo brillará! ¡Incluso el baño! Intenta presionar una bola en el recipiente para que el agua de la descarga la cubra cada vez que tires (o presiones). Contrarrestará la formación de cualquier suciedad o moho por sí solo.

También se utiliza una sola bola para lavar los suelos, disuelta en un cubo de agua tibia.

Reserva este tratamiento especialmente para terracota y gres, porque la parte aceitosa del jabón podría dañar superficies más delicadas como el mármol y el parquet.

Por último, si la lluvia ha ensuciado tus magníficas vidrieras, con una bola de jabón amarillo disuelta en una palangana con agua, podrás devolverles el brillo perdido. Sumerge una esponja en la solución, luego pásala por el vidrio y los marcos de las ventanas. Enjuague y seque inmediatamente, ¡no quedarán rayas!